“La sociedad tiene el deber ético de minimizar el riesgo de los niños de convertirse en fumadores”. Bajo esta premisa, varios investigadores proponen en la prestigiosa revista British Medical Journal prohibir fumar en áreas de lugares al aire libre frecuentados por niños, como parques públicos, playas, aparcamientos e incluso calles.
El objetivo de los científicos, liderados por George Thomson, de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), es evitar que los niños vean la adicción al tabaco como una conducta normal de la edad adulta y tiendan a imitarla cuando crezcan. “La protección de los niños debe ser lo primero”, argumentan estos investigadores, mientras que otro científico, Simon Chapman, de la Universidad de Sidney (Australia) indica en la misma revista que una medida de este tipo, sobre cuya utilidad no hay suficiente evidencia científica, supondría conculcar la libertad personal.
Otras prioridades
Los expertos españoles consultados consideran que, si bien podría ser una medida beneficiosa, hay otros problemas que abordar antes y que realmente sí influyen de manera directa en la salud. “La repetición de imágenes de personas fumando normaliza la conducta del fumador y puede influir en que los adolescentes se inicien en el hábito del tabaco”, explica el coordinador del grupo de tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Familia, Javier Mataix.
Sin embargo, este experto cree que “en España hay otras prioridades, como el tabaquismo en espacios cerrados de uso público”.
El homólogo de Mataix en la Sociedad de Médicos de Atención Primaria, José Luis Díaz Maroto, destaca que una medida como la propuesta estaría “muy bien”, ya que la conducta de los adultos y sobre todo de los padres, ejerce “muchísima influencia” en los niños.
Imitar para aprender
Para, Ignacio Fernández Arias, experto en tabaquismo de la Clínica Universitaria de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, la imitación es una forma de aprendizaje y por ello una medida de este tipo sería positiva. No obstante, desconfía de las medidas coercitivas y cree que una propuesta así no sería útil si luego los padres fuman en casa o el niño ve imágenes de fumadores en televisión. “Estamos muy influidos y controlar sólo una parte del problema no garantiza el éxito”, añade.
Desde el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, el especialista Rodrigo Córdoba destaca que los niños que ven fumar a sus padres tienen un 50% más de posibilidades de convertirse en adictos al tabaco en la edad adulta.
El portavoz de Fumadores por la Tolerancia, Javier Blanco, cree por su parte que hay que mantener alejados a los niños del tabaco, pero ve un “paternalismo excesivo” en la regulación propuesta. “Los adultos deben poder tomar sus propias decisiones; no se puede prohibir todo”, afirma.